Entre las Ruinas
No encontraron los nombres en nuestros huesos
tampoco en los nudillos de las manos, entrelazadas
bajo tierra
Es tanta la soledad de estas alturas
tanta la paz, que si te nombro
alrededor de mis cenizas brota
una rama de trigo
Mi espíritu que ronda en busca del tuyo
le canta al Huayna
para que volvamos a danzar con nuestros hermanos
en el paraíso del sol
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